Te damos cinco claves para reducir al mínimo el riesgo de sufrir el robo de tu bicicleta. 1. Usa un buen candado. Es, el mejor consejo que podemos darte. No hay nada como ponérselo lo más difícil posible al ladrón para que, en caso de que tenga intención de robar una bici se incline por otra más fácil antes que por la tuya. 2. Registra tu bici. Ciclista prevenido vale por dos. Puedes registrar tu bici en websites como ochobike.com o https://www.biciregistro.co/ O, por lo menos, tener toda la documentación posible acerca de ella: factura de compra, imágenes de la misma, número de bastidor (suele estar bajo el eje del pedalier), color, especificaciones… Toda la información que puedas tener te será enormemente útil en caso de que, en un futuro, tengas que denunciar un robo. 3. Asegúrala a un punto fijo. Opta siempre por un buen parqueadero de bicis. No hace falta que te digamos que poner tu bici a un árbol no es una buena idea. 4. ¡Ojo a los componentes! Utiliza siempre que sea posible cierres de seguridad, tanto para las ruedas como para otros elementos de tu bicicleta como el sillín. 5. Usa el sentido común. Una regla que, en realidad, es aplicable a todo lo demás. Nunca dejes tu bici en un callejón oscuro: mejor en una calle transitada y bien iluminada. En caso de que la dejes en un garaje o en un cuarto de bicis bajo llave, no te relajes: el candado es igualmente necesario.

Seguro que conoces a más de una persona que se queja de ir incómodo en su bici, la ves pedalear e inmediatamente te das cuenta de que tiene una bici más grande o más pequeña de lo que realmente necesita. La talla viene definida, según las marcas, por medidas en pulgadas, en centímetros o por las letras que van de la XS hata la XL (XS, S, M, L y XL). Originalmente, las tallas de las bicicletas vienen definidas por la longitud del tubo vertical que une el eje del pedalier con la tija. Por eso una bici de montaña de talla 18” tiene un tubo de 18 pulgadas. De la misma manera que una bici de carretera de talla 54 tiene un tubo de 54 centímetros. Con la aparición de tantos modelos, geometrías y variedades, hay una gran diferencia entre las tallas de unas marcas y otras, por eso definir una talla para alguien, en función de su altura, es poco preciso. Antes de elegir una talla debes tener en cuenta el tipo de bici que quieres. Hay bicis para muchas disciplinas ciclistas. Piensa que la geometría de una bicicleta de rally no es igual a una all mountain. La clave para conocer tu talla de bicicleta es midiendo la longitud de tus piernas (por la entrepierna, la cara interior del muslo), es decir, medimos la distancia desde los pies en el suelo hasta el punto de apoyo del sillín. Para esto, se recomienda, descalzo y de pie, pegar la espalda contra la pared y colocar un libro entre las piernas, deslizándolo hasta que haga tope en la zona del perineo. Después te separas y mides con una cinta métrica esa longitud, la medida de tus piernas. Para conocer la altura óptima a la que debes llevar el sillín, tienes que multiplicar la longitud de tus piernas (entrepierna) por 0,885. Altura del sillín= longitud entrepierna x 0,885 Hay otra manera de conocer a qué altura llevar el sillín. Es una forma menos técnica pero bastante aproximada. Consiste en subirse a la bici y apoyar el talón del pie sobre el pedal en su punto más bajo. Busca que en este punto tu rodilla quede estirada.

La bicicleta se ha convertido en un elemento muy visible en las principales ciudades del mundo. Cada vez son más los ciudadanos que apuestan diariamente por esta forma de transporte saludable, fácil de mantener, rápida y que, sobre todo, ofrece un ahorro energético absoluto frente a otras alternativas de transporte. Actualmente puedes adquirir una bicicleta manual o una de propulsión eléctrica. Estas últimas son ideales para los desplazamientos habituales de la ciudad; son más seguras ya que permiten alcanzar una velocidad suficiente como para poder circular con seguridad y además te permite llegar más rápidamente a los sitios. Sin embargo, ¿no sale mucho más cara la bicicleta si hay que recargarla de electricidad? ¿Con motor de propulsión eléctrica o sin él? Esa es una de las dudas que más cuentan quiénes están pensando en pasarte a este medio de transporte. Y es que uno de los ‘handicaps’ que ven muchas personas a la bicicletas eléctricas es que la luz puede ser cara y quizás el transporte en bicicleta no vaya a ser tan económico. Para evitar los altos costos, antes de comprar la bicicleta, es importante revisar y comparar precios, si piensas que es demasiado cara se puede cambiar por otra. #OchoBlog